Bueno,
no está siendo fácil escribir en este viaje, normalmente nunca lo es y el
tiempo siempre se le quita a algo, pero como Javier se empeña en comer y cenar,
todo se complica aunque merece la pena.
Es
Jueves por la mañana, estoy en el hotel esperando a que vengan a buscarme para
ver oficinas y voy a contar que ha sido de nosotros desde el lunes hasta hoy,
martes y miércoles por lo tanto.
El
martes tuvimos el evento que organizábamos en nuestro propio hotel y que fue
todo un éxito, nada más y nada menos que 63 personas pertenecientes al gobierno
y con un nivel de satisfacción alto, después comimos en el mismo hotel con los
ponentes y terminando tarde, ya sólo dimos un paseo cerca del hotel para cenar
algo.
Javier dando su charla
Yo presentando Ingenia
Aprovecho
para hablar de la famosa garúa limeña…cuando salimos del hotel sobre las 21:00
dijo Javier “Vaya! Está lloviendo”, “que va, le dije, esto no es lluvia, esto
es agua en suspensión” y así es, esto no hay paraguas que lo evite pues el agua
está ahí, y moja, más de 95% de humedad relativa casi constante…forma parte de
este maravilloso desorden que se llama Lima, aunque Javier no me entienda e
incluso yo a veces tampoco. Hace fresco, un frío, muy húmedo que no impide pero
dificulta, como todo es relativo, por la calle te encuentras a gente con
guantes, gorros y orejeras, a casi 20ºC de temperatura…
Muestra de Garúa
Por las tardes la Garúa obliga a señalizar peligro a la entrada del hotel
No es
fácil orientarse en Lima, el mar puede servir pero aún no lo hemos visto, mi
referencia es la Vía Expresa, una inmensa avenida que atraviesa Lima y que ya tengo
controlada.
El miércoles
transcurrió con normalidad y sin incidentes ni reseñas significativas.
Con la
certeza de que hablamos el mismo idioma pero con diferentes claves (las
nuestras además no son necesariamente las correctas), por fin vimos a Inés la
taxista que nos acompañó durante la mañana, con su carácter habitual “Leeerdos,
ineptos, hombres teníais que ser” no a nosotros, al resto.
Por la
noche fuimos a cenar al HardRock Café, era la primera vez para Javier…una hora
para llegar y 10 minutos para volver, en un taxi auténtico, “Javier, que sea lo
que tenga que ser”, dos piscos antes de dormir en la terraza Lounge hablando de
vares y comida y a dormir…
Ah! Por
cierto, ya recuerdo otra frase de Sebastián:
“Lima
es como una mujer después del cuarto trago”
Nota:
que nadie se moleste, se puede sustituir mujer por hombre y el resultado sería
el mismo…
Ya van 3...
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