En primer lugar, consiga usted enterarse de que existe una licitación e-learning en plazo, ¿cómo?, dos opciones, contrate un servicio de alertas fiable (se admiten referencias) o bien bucee en los numerosísimos portales del contratante en donde quizá, con suerte y si la ley de contratos obliga bajo amenaza de excomunión, encuentre los pliegos que le interesan.
Una vez obtenidos los pliegos, Atención!!, NO debe ver el precio, simplemente lea los requerimientos técnicos del contrato.
Terminado este ejercicio y si no le piden nada que su moral le impida hacer, eche unas cuentas rápidas, escríbalo en un papel, compruebe, ahora sí, el precio de licitación y ¡sorpresa! Roza el doble de nuestro precio, por arriba o por abajo, nos piden el doble de lo que en circunstancias normales estamos en disposición de hacer, pero un momento, todavía la cosa es peor porque resulta que el precio supone la mayoría de los criterios de valoración por lo que tendremos que bajar nuestros precios a una cantidad que de media oscila entre el 25 y el 35% ¿cómo lo hacemos? Muy sencillo , siga leyendo…
Ponga su precio en una olla a presión sumergido en caldo del resto de sus proyectos y por supuesto, a fuego muy fuerte, no hay tiempo que perder, discuta internamente la conveniencia de ofertar, jure en arameo 500 veces, suspire por los viejos tiempos, prepare maquetas, haga que el equipo de trabajo firme que no tienen antecedentes penales y después de horas de sueño perdidas, ilusión depositada donde no cabe ya ni un billete de AVE, ebualá, el precio ha bajado, tenemos una oferta magnífica a un precio inmejorable y una batería de mejoras adicionales que “quizá esta vez, TODO, tampoco sea suficiente para ganar”
Me pregunto, ¿ volveremos a los tiempos del justiprecio? Me respondo: Tarde, muy tarde, no me atrevo a decir nunca en un sector tan joven…¿quien convence luego de que lo que hacemos, en realidad, cuesta el doble, si nunca lo hemos hecho la mitad de bien? y ¿de qué vivimos hasta que todo se normalice? Tendremos que ir pensándolo… Mientras tanto, vamos a seguir jugando a concursar entre la ciencia infusa, los sobreesfuerzos y la competencia desleal.
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