Todo pasó poco a poco y aunque
comenzó como una afición, hoy ya es un modus vivendi.
Lo guardo todo, a nivel
profesional, por ejemplo guardo todas las acreditaciones de todos (Creo) los
congresos, jornadas, eventos a los que he ido, no es ni mucho ni poco, pero
cuando los veo, recuerdo con mayor facilidad y mejor intensidad esas
experiencias.
A nivel personal, guardo también las cartas de que
adolescente, me escribían a Madrid mis amigos y familiares de Sevilla y lo que es aún más curioso, las que
yo escribía, antes de enviarlas, las fotocopiaba y me guardaba una copia, me
parecía una forma de matar dos pájaros de un tiro, contesto y/o escribo cartas
y además mantengo un diario. De hecho de mayor (que ya voy siendo) hago algo
que no es lo mismo pero se parece, al terminar de leer un libro (aún uso libros
convencionales siempre) en la última página escribo dos cosas, cuando, cómo, dónde y
qué estoy haciendo al terminarlo y mi opinión sobre el mismo, así mato varios
pájaros de un tiro, reflexiono, hago un diario vital y puedo saber si he leído
un libro o mi opinión sobre el mismo para recomendarlo o no, jamás prestarlo…
El caso es que este fin de semana
me he sorprendido con la grata sorpresa de que guardo todas las tarjetas de
visita de todas las posiciones que he ocupado en las empresas en las que he
trabajado (Falta quizá alguna de Cibernos y alguna de Ingenia) pero el caso es
que algo quiero hacer con ellas y antes de eso, he querido contarlo, ahí están
todas, a ver que se me ocurre…tengo alguna idea, pero se admiten sugerencias.
Saludos.
ufff y yo pensaba que guardaba demasiados recuerdos. Tú me ganas.
ResponderEliminarPues no sé dáselas a Quino y que te haga un collage en una cartulina bonita jajajajajaja....
Diógenes cuando no encuentra algo, te llama ¿verdad?
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