Eso es, a eso me refiero, voy a tirar piedras en el tejado de los que piensan que las habilidades, trabajadas, se obtienen, yo digo una cosa, NO ME LO CREO.
Llevo ya un tiempo cercano a las cuatro décadas (muy cercano) relacionándome con gente, incluso con personas y durante todo este rato, he llegado a varias conclusiones, que claro, como son mías, estoy completamente de acuerdo con ellas:
1. 1. Somos como somos y nunca cambiaremos: mejoraremos o empeoraremos, seremos capaces de procedimentar ciertas cosas, pero al final, por muy joven que alguien sea, siempre será mayor para cambiar, incluyo aquí a mi hijo de 15 meses
2. 2. Somos lo que decimos y como lo decimos: efectivamente, que vale más? Decir te quiero o sentirlo, los puristas y los que adoran la demagogia barata, dirán que lo segundo, pero a iguales comportamientos, creo que la diferencia es la palabra, el qué y el cómo, lo mismo pasa en el ámbito profesional, si uno o una es muy bueno o buena en algo y ese algo, debe ilustrar, ayudar, o satisfacer las necesidades de alguien (lo que viene siendo la relación cliente/consultor), de nada sirve un arsenal de argumentos y doctas revelaciones si nuestro medio de comunicación, que desde hace algún siglo viene siendo la palabra, no funciona, está en desuso, descuidado o simplemente no se sabe usar…
3. 3. NO somos lo que sabemos, si no lo que somos capaces de transmitir, la confianza es más valiosa que el conocimiento: vale más un abrazo que un estiramiento dorso lumbar con desentumecimiento vertebral (seguramente acabo de escribir una barbaridad)
4. 4. Los conocimientos de habilidades, no implican su implementación en las personas que los obtienen, no, eso es así, supongamos que uno aprende que para hablar en público, hay que evitar estos o aquellos vicios, estas o aquellas expresiones, hay que tener un discurso fluido e inteligible, qué más da si uno o una siente autentico pánico a hablar en público, yo creo que la terapia es el mejor de los remedios y la formación, la peor de las inversiones…
Con todo esto, pretendo ilustrar un comentario que le hacía recientemente a un compañero al hilo de este post: “Cual crees que será el momento en el cual dicen las habilidades de una persona, hasta aquí hemos llegado, desde ahora, sólo puedes, mejorarme, potenciarme o todo lo contrario, cuando?” no encuentro respuesta, pero si sé que es pronto, muy pronto, veo a niños pequeños que ya son como serán, abiertos o tímidos, tranquilos o nerviosos, dialogantes, curiosos, pasivos, reflexivos y me atrevo a decir que maduros o inmaduros…
Somos como hemos sido siempre y ningún curso de HH.BB. va a cambiarnos, aceptaremos que pueden ayudarnos a matizar ciertos aspectos, pero la esencia, el “Kernel” de nuestro ser, seguirá siendo el que era, antes de tener consciencia de ser algo…
Dicho esto, me pregunto si no podemos entre todos, dejar de intentar que las personas o los profesionales, sean de una forma y manera diferentes, aprovechemos lo que hay como si se tratase de la lluvia, del sol, de cosas que no dependen de nosotros, no juguemos a ser dios ni demos oportunidades en forma de venganza.
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